martes, 11 de enero de 2011

Marqués de la Ensenada


Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada (1702-1781), fue un estadista y político ilustrado español. Llegó a ocupar los cargos de secretario de Hacienda, Guerra y Marina e Indias. Fue consejero de Estado durante tres reinados, los de Felipe V, Fernando VI y Carlos III.

Ensenada no era un gran reformista, era más que nada un conservador.
Impulsó con esfuerzo los cambios que creía necesarios para limar los problemas que afectaban al sistema político español. Ensenada puso las bases para la creación de la potente y orgullosa armada española del siglo XVIII, que se hundiría décadas más tarde en Trafalgar. Ministro clave del periodo junto con José de Carvajal y Lancaster, fue apoyado por el partido de la reina Bárbara de Braganza y de la familia de los Alba.

De carácter activo, inteligente, enérgico, responsable y muy autoexigente. Estas cualidades, juntos con muchas otras le valieron al nuevo rey Fernando VI para su promoción. Al año siguiente del ascenso de Fernando al trono, el marqués de la Ensenada fue nombrado secretario de la reina Bárbara de Braganza (esposa de Fernando) y capitán general. Sucesivamente ocupó las secretarías de Hacienda, Marina, Guerra y de Indias, casi todas las existentes. Ensenada siempre tuvo un trato exquisito con la corte, hasta el punto de hacer célebres sus cenas, en las que invitaba a lo mejor de Madrid.

A partir de 1752 Ensenada y el castrato italiano idean la llamada escuadra del Tajo, una pequeña flota de falúas reales inspirada en la música acuática de Händel que Farinelli había presenciado en su estancia en Inglaterra. Las naves desde donde los monarcas y sus cortesanos podían navegar entre música y caza por las aguas del río Tajo a su paso por el Real Sitio de Aranjuez fueron un símbolo de este reinado de cultura y refinamiento. En 1748 el marqués asume y se hace cargo de todas las riendas del gobierno de España. Junto al apoyo de Carvajal, que mantiene ante el rey su política neutral de pacifismo en una Europa en guerra, Ensenada reordena y organiza con óptimos resultados la Real Hacienda, la Justicia, los sistemas municipales, la gobernación de Ultramar y, sobre todo, la Marina, que le interesa particularmente ya que es la llave del dominio colonial español y de la defensa de las costas peninsulares ante los ataques británicos y franceses.

Con la autorización del Rey de España, Fernando VI, Ensenada organizó una operación secreta, ejecutada de manera sincronizada en todo el territorio español. Tuvo lugar el 30 de agosto de 1749 y fue conocida como Gran Redada o Prisión General de Gitanos. Tuvo por objetivo arrestar y eliminar a todos los gitanos del reino, confiscándoles sus bienes. Los hombres gitanos mayores de siete años fueron encadenados y obligados a realizar trabajos forzados. Las mujeres y los niños fueron internados en cárceles y fábricas. Esta acción finalizó en 1763.

Tras la firma de la Paz de Aquisgrán y el Segundo Pacto de Familia (1743) con los Borbones de Francia, Ensenada tendrá manos libres para dedicar todo su tiempo a los asuntos internos de España. Las reformas de Ensenada son muestra perfecta de la labor de un ministro ilustrado:

• Se aprueba un nuevo modelo de Hacienda en 1749 que sustituye los impuestos tradicionales por el impuesto único del catastro y se redujo la subvención del Estado a las Cortes y al Ejército. Jamás llegaron a aplicarse.
• Abolición de las rentas provinciales y un nuevo decreto sobre baldíos, más reglamentos sobre casas y caballerizas reales y nuevas ordenanzas de obras y bosques.
• Mejora de la navegación fluvial del Ebro hasta Tortosa y mejora de los puertos de Barcelona y de Palma de Mallorca.
• Creación del Giro Real en 1752: se trata de una entidad bancaria que favorece las transferencias de fondos públicos y privados fuera del país. Todas las operaciones de intercambio con el extranjero quedan en manos de la Hacienda Real, y así sale beneficiado el Estado. El resultado fue inmejorable.
• Se impulsa el comercio con las colonias de América. Su misión es acabar con el monopolio de Indias, así como eliminar la corrupción del comercio colonial. Así se incrementaron los ingresos y disminuyó el fraude. En los reinos de la península se eliminan las aduanas interiores y se liberaliza el comercio.

El marqués alcanzó la cima de su carrera, tan solo a los 44 años había logrado que la monarquía española fuera recuperando un esplendor que tantos años de guerras habían dejado en el olvido.

Ensenada llegó a decantarse más por Francia que por Gran Bretaña, aunque los británicos lograron su final destitución en 1754. El clima empezó a enfriarse desde 1750-51 y la razón fue su actuación al margen del monarca, porque pretendía preparar en La Habana una flota dispuesta a asaltar las posesiones inglesas de Campeche y Belice. Era su política francófila la que delataba sus intenciones, así que el Rey, mostrándose partidario de la máxima neutralidad posible, lo destituyó.

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